sábado, 31 de diciembre de 2011

Dejando el 2011...

Me había olvidado que existía esto. Realmente lo descuidé, lo dejé de lado. Pero siempre es bueno volver, cuando hay contenido y sobre que hablar.
A horas de terminar el 2011, todas las personas, o la mayoría piensa que tan bueno o que tan malo fue SU año, pero realmente cada uno es responsable de hacer cada año nuevo que comienza, un año extraordinario en donde 365 días son suficientes para lograr todas las metas y desafíos que uno se propone.

Este 2011 fue un año super especial para mí. El primer trimestre del año me encontraba en Europa recorriendo ciudades y lugares que antes solo por libros y fotos conocía. La oportunidad de desenvolverme y de ser independiente y sobre todo de aprender a valorarte. 
Miro las fotos de mi viaje y es difícil creer que estuve parado en lugares emblemáticos. La torre Eiffel, coliseo Romano, los alpes Suizos, el Big Ben, todos como telón de fondo, de una aventura el cual me propuse cumplirla y la satisfacción de lograrla es el doble.
Este blog nació gracias al viaje y volver a leer post anteriores como No me voy a olvidar de provocaron en mi el deseo de seguir escribiendo y compartir con amigos y familiares un pedazo de mi vida.

Al volver a Paraguay todo me resultaba extraño. No cambió mucho, seguía igual, pero yo estaba diferente. Sentía que tenía que cambiar cosas, que nuestro país tiene muchas cosas que ofrecer, sin embargo era la impotencia de no saber que hacer la que estaba presente en mí, todos los días. No tardé mucho en comprender que eso lleva un largo tiempo, con esfuerzo y paciencia. Yo desde mi lugar, si puedo hacer pequeños actos para construir cosas positivas. Si, venir de Europa, del primer mundo como lo llaman muchos, te genera cambios, pero cambios positivos. Tuve la oportunidad de ir a La Colmena, con el grupo de las Misiones Universitarias Católicas, a misionar y compartir con las familias una semana santa diferente. El primer paso ya estaba hecho.

El año 2011 para muchos va a quedar en el recuerdo, por ser el año del bicentenario. Ser parte de la generación 200 para mi es más que un orgullo y puedo contar a mis hijos y nietos, que viví los festejos del bicentenario de mi Paraguay. Las actividades, los festejos, vestir la albirroja todos los días, recorrer el centro, cantar Patria Querida, ver los fuegos artificiales. Ese fin de semana del 14 y 15 de mayo de 2011, sin duda fueron uno de los mejores que me tocó vivir como estudiante y joven.

Y así fueron pasando los meses y retomar con la facultad fue todo un desafío porque no podía faltar más a clases y me cambiaron de sección, pero los compañeros siempre están para hacer el aguante.
Otro viajecito me sorprendió a finales de mayo al ir a Buenos Aires, con DiRo, un gran amigo, a conocer el estudio de Showmatch y a hacerle el aguante Lari Riquelme, que participaba del certamen.
Resultó la tradición de salir con las maletas a dar la vuelta a la manzana, en año nuevo. Este año, lo repetimos.

Lo bueno de cada día de vida, es la oportunidad de conocer gente nueva o de afianzar amistades, también de aprender de tus errores y levantarte cada vez que te caigas. Avanzando con los días, dejando atrás el invierno, otro desafío volvía, continuar con JuanSaldo, esta vez como héroe de acción. También la oportunidad de ser catequista y estar con un grupo de más de 30 adolescentes, que recibieron el sacramento a mediados de noviembre.

Los últimos meses del año me sorprendieron con un nuevo trabajo, estar en el área de comunicación de TELETÓN y ser parte del grupo que hace posible que niños y niñas con discapacidad tengan una mejor atención.  Un privilegio y un avance en mi vida profesional. Y en mi vida amorosa? Bueno, todavía estoy en la búsqueda.
Así también con la inauguración de mi casa, que estuvo en remodelación por varios meses, por lo que tuve que vivir en la casa de mis abuelos un largo periodo. Y sin dejar de lado a Olimpia, ganador del torneo Clausura que generó en mí, el fanatismo sano y divertido.
Y otro de mis grandes logros en este 2011, fue culminar la carrera de actuación en TIA. Pasar tres años con grandes personas, compañeros, maestros, puedo afirmar que tengo una nueva familia y siempre va estar para mi.

El año lo haces vos y las personas que te acompañan. Por eso hay que valorar la vida, la familia, los amigos. Suspendamos un tiempo el blackberry, el facebook, el internet y compartamos y aprovechemos la compañía humana. Mirarnos a los ojos, es una practica que vamos perdiendo con el correr de los años.
Hay muchas cosas por agradecer en un año, o de arrepentirse. Hay varios momentos que se quedan guardados y otros enterrados. Pero lo importante, que al cerrar un capitulo, se escribe uno nuevo.

¡GRACIAS POR SER PARTE EN ESTE 2011! Tenemos un 2012, con 366 días para disfrutar gracias al año bisiesto. Depende de cada uno hacer de este año que comienza en horas, el mejor año para recordar.

SALUD

Stefan